Invernaderos en Otoño (usos y mantenimiento)

Con el comienzo de esta nueva estación comienzan a notarse las bajadas bruscas de temperatura, el aumento de lluvias y por tanto de humedad.

Tanto si somos nuevos o tenemos experiencia con invernaderos nunca está de más informarse e intentar mejorar o hacer bien las tareas de mantenimiento para obtener grandes rendimientos de nuestros cultivos y sobre todo para alargar la vida útil de nuestra estructura.

Criterios para un correcto funcionamiento:

Riego

Con el cambio de estación realizamos un gran cambio en el riego. Si en verano era clave regar en las últimas horas del día para que el agua no se evaporase ahora en otoño lo mejor es regar durante las primeras horas del día.

La explicación es simple, si riegas a primera hora tiene todo el día para secarse y de esta forma no llegar a la noche con exceso de humedad. Si riegas a última hora o a la noche, esa humedad se puede convertir en moho.

Puedes utilizar nebulizadores como medio de riego automático, es sencillo de instalar y puedes programarlo para realizar pequeños riegos continuados a lo largo del día.

Ventilación

El otoño es una estación de transición y con ciertos altibajos de temperatura. Nuestras hortalizas y vegetales requieren de una buena ventilación para estar sanas y desarrollarse adecuadamente.

Existen sistemas automáticos que se pueden instalar en el propio invernadero para realizar esta función, introduciendo aire y creando un flujo que permite realizar la fotosíntesis y aportándoles una buena dosis de dióxido de carbono.

Si no dispones de un sistema de ventilación y el día está muy soleado, te aconsejamos que abras toda puerta del invernadero para generar una corriente de aire fresca.

Iluminación

En esta época del año debemos buscar el mayor aporte de luz posible, cuando en verano lo ideal era reducirla. Para ello debemos eliminar mallas de ocultación o cambiar a una cubierta de plástico con menos opacidad para conseguir ese aporte extra de luz que aumente la temperatura en el interior.

Control de plagas

Nuestro invernadero es el ecosistema ideal para albergar todo tipo de plagas o insectos que den al traste con la cosecha que tengamos en dicha temporada. Para ello, debemos poner un ojo en las condiciones antes detalladas (iluminación, humedad, riego…) porque un exceso o defecto genera un incremento considerable en cuanto a probabilidades de sufrir una plaga.

Como consejo, para combatir esta circunstancia debemos utilizar un poco de nuestro tiempo e inversión en productos fitosanitarios y herramientas como fumigadoras.

Ubicación

En muchas ocasiones no nos paramos a pensar en ello, pero es de vital importancia una buena orientación de nuestro invernadero. Si lo colocamos en un eje norte-sur nuestra plantación va a tener un gran déficit de iluminación por lo tanto no vamos a poder obtener un buen rendimiento.

El consejo que os damos es que en la medida de lo posible lo coloquéis en un eje este-oeste, con ello obtendréis el mejor resultado posible y vuestra plantación os lo agradecerá.

Limpieza interna y externa

Con este apartado nos referimos a dos elementos clave y que nunca debemos descuidar por su importancia.

Por un lado, la limpieza interior, con esto hacemos alusión a mantener una tierra (si se cultiva sobre suelo) sin raíces, piedras ni residuos que dificulten el crecimiento y desarrollo de nuestras plantas. Para ello, debemos airear antes de comenzar la siembra, remover la tierra y adecuarla. Se consigue de forma sencilla y fácil con la ayuda de motoazadas.

Por otro lado, la limpieza exterior, nuestra cubierta de plástico debe de tener una salud óptima. Informaros de los años de vida útil, de cuales son los síntomas de un plástico en mal estado o envejecido porque recordad que una parte muy importante del éxito proviene de la luz, ventilación y protección de vuestros cultivos. Si la cubierta ha perdido sus propiedades puede convertirse en un material un tanto opaco o amarillento, evitando la entrada de la iluminación adecuada.

Si está rota, puede pasar el agua, nieve o heladas, destrozando nuestra plantación.

¿Qué se puede plantar en otoño?

Os dejamos 5 hortalizas como ejemplo para que deis vuestros primeros pasos plantando en invernaderos:

  • Acelga: es una verdura que se suele sembrar en épocas más frías. Es una rica fuente de fibra, vitamina C y K, además de ser un gran antioxidante. Se deben plantar bajo invernadero en épocas no calurosas; con un riego ligero y regular sin caer en encharcamientos; se adaptan a todo tipo de suelo; aportación de luz media. Suelen germinar en 12 días y cosecharse en 30 días.
  • Cebollas: Otra hortaliza a plantar en invernadero, ya sea en semillero o sobre el propio suelo. Tiene una alta dosis de vitamina B6, son diuréticas y buenas para rebajar los niveles de colesterol. Requiere un riego moderado ya que es muy sensible a la humedad; dejar un espacio entre semillas de unos 20 cm y realizar la cosecha a los 4 meses.
  • Brócoli: Uno de los alimentos más sanos y nutritivos que podemos llevarnos a la boca con grandes cantidades de Vitamina C, pocas calorías y grasas. Requiere estar húmedo de forma regular, por ello el riego debe ser algo más intenso sin encharcar el suelo. Demanda una buena aportación de nutrientes, por lo cual, debemos aportar compost. Debido a su gran talla, lo mejor es dejar una separación de unos 50 cm.
  • Ajo: No destaca por su aporte nutritivo, pero sí ayuda a eliminar toxinas del organismo, reduce el nivel de grasa en sangre o normaliza los valores de la tensión arterial. Para plantarlo, debemos dejar unos 15 cm de separación, es muy importante el aporte lumínico que pueda obtener, así que buscad el lugar más luminoso posible. Es una planta de secano así que mejor no regarlo mucho, se recogen a los 3 ó 4 meses cuando veas las hojas secas.
  • Repollo: Se trata de una verdura muy rica en potasio y calcio, con lo cual es ideal para el sistema nervioso y óseo. Al igual que el brócoli requiere muchos nutrientes, debes aportar un buen abono. No tolera inundaciones por lo tanto mantenerla húmeda es suficiente para un buen riego. Dejar 50 cm de separación entre semillas o filas sería más que suficiente para su desarrollo. El momento para cosecharla es a los 3 meses aproximadamente.